El problema de Egipto es bastante complejo, por razones políticas, religiosas, económicas, pero fundamentalmente, por motivos "estratégicos". La ubicación geográfica de Egitpto ha sido y es paso obligado y vínculo de conexión decisivo en el intercambio de todo tipo entre Occidente y Oriente.

Económicamente, el Canal de Suez es el nexo de oro para el comercio marítimo y como núcleo vital de comunicaciones, el país que lo alberga es depositario de influencias de todo el mundo. De Oriente ha heredado el idioma, la religión y la cultura de los árabes y de Occidente ha recibido la tecnología, el sistema económico y los valores democráticos. Si bien hasta ahora imperaba un gobierno autocrático con una democracia nominal (sistema que se mantiene desde hace 30 años, con grandes sospechas de corrupción), este régimen ha servido de barrera para el surgimiento y la expansión de muchos movimientos islámicos que proliferan en todo el mundo árabe, no siendo Egipto la excepción. El presidente Mubarak, sucesor del asesinado Anwar el Sadat, gobierna desde 1981 y es un gran aliado de los intereses de Estados Unidos en la región y como tal, ha refrendado las políticas norteamericanas y mantenido buenas relaciones con Israel, país con quien mantiene buenas relaciones, tanto diplomáticas como económicas. El gran problema que enfrentan los países islámicos es el crecimiento del fundamentalismo extremista y su relación con grupos como al Qaeda, o inspirados en ellos. Estos grupos han sido hasta ahora contenidos en Egipto gracias a las políticas implementadas por el gobierno, aplicando restricciones a la libertad de expresión, de reunión y otras, que hasta ahora si bien han sido exitosas en su cometido, por otro lado irritan a una juventud que quiere mas libertades, pero también es muy propensa a las ideas mas radicales en cuanto a las doctrinas integristas religiosas, cercanas al fanatismo. En Egipto ya hubo tristes precedentes del accionar del terrorismo integrista (ej: ataque al templo de Luxor) y hasta ahora, la cara mas visible es la agrupación semiclandestina Hermandad Musulmana, quienes se atribuyen la autoría de varios atentados. Las protestas en Alejandría, El Cairo y otras ciudades, se inspiraron en aquellas que provocaron la caída del régimen que también gobernó por 30 años el vecinco país de Túnez. En principio se cree que fueron convocadas por usuarios de redes sociales como Facebook y Twitter, jóvenes y estudiantes con acceso a Internet, posiblemente pertenecientes a clases acomodadas que cursan studios universitarios en establecimientos islámicos, donde imperan las ideas extremistas. Occidente ve con mucha preocupación el futuro de Egipto, que hasta ahora fue una barrera de contención contra el retroceso que significaría la instauración de otro régimen peor que el actual, si triunfan los islamistas radicales, a semejanza de la horrible dictadura islámica de los ayatollás de Irán, por jemplo, con una figura tan siniestra como Amadinejad y su soberbia prepotencia nuclear. Hay que esperar el desarrollo de los acontecimientos y que la Hermandad Musulmana comprenda que el extremismo no es la vía para un pueblo que solo quiere la paz, una mejora de su situación económica y mas libertades políticas y civiles. En estos momentos hay un principio de acuerdo entre el gobierno y diversos grupos de oposición para encontrar un acuerdo que posibilite una transición ordenada, luego de que Mubarak deje el poder, posiblemente en masnos del Vicepresidente, Omar Suleiman. Los comicios previstos para Setiembre de este año, seguramente serán adelantados.

Resumiendo: La política de Egipo a sido asta la dimisión de Mubarak una política intervencionista en la que no solo estaba el ex-presidente de Egipto por detras sino que otros países (interesados) gobernaban indirectamente. Yo, si estubiese en lugar de los egipcios, haría lo mismo al pueblo no se le puede ocultar nada. En cuanto a las consecuencias, sin duda las más directas son la dimisión de Mubarak y por lo tanto la toma del poder en manos de la junta militar.